Jugando a...

domingo, 28 de junio de 2009

Clock Tower

Esta semana voy a volar. Hoy tocó, al fin, comentar un juego que desde hace muchísimo tiempo tenía ganas de comentar. Desde que lo conocí me pareció tan interesante, que aguanté las ganas de jugarlo porque estaba en otros idiomas, y prefería esperar a que algún loco hiciera una traducción al español para poder disfrutarlo al 100%.

Es un juego de terror, un verdadero Survival Horror (si tomamos literalmente el significado de estas palabras) para el Super NES (Super Famicom, en realidad), un juego que realmente hace saltar en algunas partes, y que nos mantiene en un ambiente tenso durante toda la experiencia. Esta semana: Clock Tower.


Clock Tower – The First Fear es un juego que salió de manera oficial únicamente en Japón, creado por Human Entertainment allá por el año 1995.


La historia es la siguiente: Un grupo de cuatro chicas huérfanas que viven en un orfanato son adoptadas por un buen hombre, el señor Simon Barrows, que piensa darles asilo en su hogar, una gran mansión, que tiene una alta torre de reloj a la que hace honor el título del juego. Las cuatro chicas son guiadas por Mary, una mujer que parece de lo más bondadosa, que las deja en la sala de la mansión, a la espera del dueño de la misma.

Ahora comienzas a manejar a Jennifer, una de esas cuatro jovencitas, y cuando te alejas un poco del lugar, sientes unos gritos. Al volver, das cuenta de que tus amigas desaparecieron y decides ir a buscarlas. Acá empieza la historia de Clock Tower.


Como mencionaba, tú manejas a la débil Jennifer Simpson, una chica cuyo padre, un doctor, desapareció hace siete años durante una atención a domicilio. El doctor nunca fue encontrado, y como ya no tenía madre, pasó a vivir en el orfanato, hasta que siete años después, es llevada junto con sus tres amigas a vivir a la mansión.


El estilo de juego de Clock Tower es, en realidad, de Aventura Gráfica, ya que nosotros moveremos un cursor por toda la pantalla para interactuar con objetos y cosas, resolviendo acertijos, agarrando objetos, empujando cosas y todo ese tipo de chiches que suelen tener las aventuras gráficas, que comentaré llegado el momento de hablar de la jugabilidad.

Los gráficos no son sensacionales, a decir verdad, pero es lo que se puede esperar de un juego como este. En realidad, no hay mucho que ver, porque realmente los ambientes son por lo general oscuros y tenebrosos. Por otro lado, la simpleza de los gráficos es consolada por la cantidad de eventos que tiene el juego. El diseño de los personajes es genial. Jennifer nos da una sensación de debilidad que realmente nos hace llegar a odiarla y hasta nos desespera, y los malos, como el pequeño Bobby, realmente nos causan repulsión.

La música está casi ausente en este juego. Pero eso no es un problema, porque la falta de música nos da esa sensación de soledad y de tensión que necesitamos para disfrutar del juego. Sólo somos nosotros, y los ruidos de los pasos de Jennifer. Eso sí, cuando la cosa se pone peligrosa, empezaremos a escuchar una melodía que nos pondrá más nerviosos y nos dará la adrenalina suficiente para salir adelante. En estos dos apartados (gráfico y sonoro), el juego cumple excelentemente, ya que justamente ambos están para adornar el juego y en la medida justa para meternos en ambiente.


Para hablar de la jugabilidad, debo hacer un párrafo aparte.

Lo primero de todo, que es lo que más me gusta de este juego, es que aquí no mataremos a nadie (bueno… casi nadie). Pero me refiero a que no es un Resident Evil, en el que tenemos una enorme escopeta que nos hace sentir seguros de si aparece alguien malvado. No… Aquí somos nosotros, manejando a una chica adolescente, muy débil y asustadiza. Sin armas, únicamente armada de su valor. Realmente este factor es el mejor del juego, y es el que nos hace entrar en ese ambiente tenso que algunos podemos llegar a odiar, pero disfrutar a la vez. El estado de ánimo de Jennifer se nos muestra en la esquina inferior izquierda de la pantalla. Su rostro y el color de fondo nos indicarán si está tranquila, tensa, asustada u horrorizada.

Los controles son de lo más extraños, pero te puedes acostumbrar con facilidad. No quiero entrar en detalles sobre los botones, porque para eso tienen guías por toda la web, pero lo único que voy a señalar es el botón de pánico, un botón que deberán apretar cuando son atacadas para poder darle energía sobrenatural a Jennifer para escapar de las tijeras de Bobby, de hecho, en este juego solamente debemos escapar... como puedan.

Por otra parte está la rejugabilidad del título. Hay más de un factor que hacen de este juego rejugable:

El primero de ellos, y el que por lo general llamará más la atención, es la cantidad de finales que tiene (ocho en total). Realmente podemos acabar el juego en diez minutos (el final mas “triste”), o buscar un poco más para hacer un final mejor. Este es un detalle final. Lo mejor de todo es que al terminar el juego (o al perder) no deberemos comenzarlo desde el principio, sino que podremos continuar en el último cuarto en el que hayamos entrado.

Después están los eventos normales, que son aquellos que se llevan a cabo durante la partida y de los que podremos hacer buen uso. Por ejemplo, el loro de la habitación principal: si Bobby nos persigue y nos escondemos debajo de la cama, el loro nos delatará. Pero podremos deshacernos de él para tener el escondite pronto para que Bobby no nos encuentre. Ejemplos como estos hay varios, y toneladas por descubrir (y no los nombraré porque esto no es una guía).

Luego están aquellos “eventos rotatorios”, como los llamo yo, que son otro detalle que le da mucha rejugabilidad al juego. Estos eventos son “rotatorios” porque no siempre están en el mismo lugar. En otras palabras, si comenzamos más de una partida, no siempre será la misma. ¿y por qué? porque están estos eventos especiales. Ejemplos de ellos serían, por nombrar algunos, que Bobby no siempre aparece en los mismos lugares, que Mary aparezca o no en cierto cuarto, que las llaves aparezcan aquí o allá, hasta la ubicación de algunas habitaciones de la mansión se alternan. Este factor es simplemente genial. En lo personal, me encanta, como el resto del juego.


Con Clock Tower me pasó algo particular, que supongo que les pasa a muchos jugadores: Como el juego no salió de Japón, me parecía que no lo disfrutaría como se debe si lo jugaba en japonés. Era simplemente esperar a que alguien lo tradujera. Pero tampoco quería jugarlo en inglés: me parecía un juego bastante interesante como para entenderlo todo, de cabo a rabo, así que me indigné e intenté olvidarlo, hasta que me enteré de una traducción, no tan buena, pero traducción al fin, y no dudé ni un segundo de meterle las manos encima y ponerme a jugarlo.

Clock Tower, lo vuelvo a repetir, pasó a estar en menos de diez minutos, en el Top 10 de mis juegos favoritos de Super NES. Es un juego simplemente genial.

Contó con versiones para Windows, Play Station (visualmente muy parecidos al de Super NES) y hasta WonderSwan, todas versiones bastante interesantes, además de un par de secuelas para consolas de generaciones más avanzadas (de hecho, parece que en estos años se hará una película de esta saga).


Interesante versión de WonderSwan


Creo que ya he dicho todo. Los detalles de este juego son tantos que harían al comentario bastante largo y aburrido. Pero que los hay, los hay :D. Sin dudas que a Clock Tower le pongo un 10 perfecto. Es una joya, que no pueden desperdiciar. Ya mismo pueden descargar el rom traducido al español que, aunque no es perfecto, al menos es jugable y hace aún más disfrutable el título.


Dentro de una semana, un nuevo especial. Pero esta vez no hablaré de un juego en especial, sino de curiosidades de muchos de los juegos ya comentados.


Bien... antes de irme, como corresponde, debo hablar de los resultados más que predecibles de la encuesta que puse ya hace unas cuantas semanas preguntando si debería o no comenzar a comentar juegos de GameBoy Color: Ya desde el principio, y para alegría mía, noté que el "Sí" sería el ganador, alegría debido a la escacez que ya estaba sintiendo respecto a la cantidad de juegos de GameBoy que se me ocurría comentar... Ya estoy empezando a escribir sobre ellos, y el resultado del "sí" comenzará a verse más o menos por el mes de setiembre :D... paciencia... ;)

domingo, 21 de junio de 2009

The Flintstones - King Rock Treasure Island

Wenas. Esta semana voy a hablar de uno de los tantos descubrimientos interesantes que he hecho sobre el extenso catálogo del GameBoy. Este es el típico título de una “saga” para cierta consola de la que no puede faltar su adaptación al GameBoy. Esta semana voy a hablar de The Flintstones – King Rock Treasure Island, un título que pertenece a la misma saga de los juegos de los Picapiedra de NES (uno de ellos, el segundo, ya analizado en el blog).


Este es un juego de Taito, al igual que los juegos de NES que acabo de mencionar. De hecho, es una adaptación bastante fiel a los juegos de NES, ya que, como comentaré más adelante, el estilo gráfico se mantiene muy similar.

Como venía diciendo, el juego fue distribuído por Taito y desarrollado por H-B Prod., en el año 1992, para la gran consola portátil de Nintendo: el GameBoy.


El juego comienza cuando nos enteramos que el aniversario de bodas de los Picapiedra “se encuentra a la vuelta de la esquina”. Pedro, de pura casualidad, descubre el mapa de un tesoro mientras está trabajando en la mina, y piensa que encontrar ese tesoro para Vilma sería un excelente regalo para ella.

Así es como comienza esta historia, de lo más simple. Pero durante el desarrollo del juego se llevarán a cabo distintas situaciones que harán bastante más complicadas las aventuras de Pedro en su viaje por regalarle a Vilma el mejor aniversario de bodas.


Así de simple es la historia, por lo que ya paso al acostumbrado “análisis técnico”:

Como dije al principio del análisis, este es un juego muy similar gráficamente a los de NES de la misma empresa (hay otro juego de los Picapiedra para GameBoy pero no le llega a los talones, y es de otra compañía). Esto lo hace llamativo desde el principio, como ocurrió en mi caso: como había comentado en el análisis de The Flintstones de NES, aquel era un juego que jugaba desde niño. Y por lo tanto, ver un juego con la misma temática gráfica llamó demasiado mi atención y prácticamente me obligó a probarlo.

A pesar de su obvia falta de color, es un juego que visualmente se ve bastante bien, y sus escenas son de lo más adornadas y llamativas. Con muchísimos detalles y un diseño de enemigos bastante bueno.


Así como sus gráficos son buenos, la música es muy regular. Sin dudas, no es la mejor música que escuché en un juego de GameBoy, y realmente los juegos de NES de esta misma saga tienen música muy superior. Aunque también hay que ser sinceros y admitir que hay juegos de GameBoy con música muy inferior. Y con esto de la música no me refiero a la calidad del sonido, sino a lo bueno de la melodía. Es obvio que al ser un juego de GameBoy hay que tener en cuenta que mucha calidad, la música no tiene. Pero eso se puede arreglar con melodías buenas y llamativas (como pasa en el caso de Motocross Maniacs). Pero bueno, desgraciadamente este juego de los Picapiedras no cumple a la perfección con este apartado.


En cuanto a la jugabilidad, esta es bastante adictiva. Los movimientos son casi los mismos que los de NES, aunque ya no contamos con la “cachiporra” como arma principal, sino con unos martillos al mejor estilo Adventure Island.

Los enemigos (que extrañamente salen de unos cráneos de toro) son de lo más variados, y los podremos eliminar con dos martillazos (excepto, obviamente, los jefes). El primer martillazo los deja KO, pudiéndolos usar a ellos mismos como plataformas para llegar a lugares altos.

Y no solo los enemigos son llamativos, sino también los obstáculos que tienen las escenas. Como también ocurre en los juegos de NES, también nos encontraremos con obstáculos que llamarán mucho la atención del jugador, como dinosaurios gigantes y otros detalles excelentes.

En cuanto a la dificultad, podría decirse que es la indicada hacia abajo. A pesar de tener obstáculos mas o menos complicados en algunas escenas, el juego puede llevar apenas un par de días para terminarlo por primera vez. Las vidas no abundan, pero podemos ingeniárnosla para conseguirlas (cada 20 caritas del marcianito, nos darán una vida).

Las escenas son sólo siete, pero cumplen muy bien con su cometido, y son muy diferentes entre sí, cada una con sus respectivos obstáculos. Pedro deberá atravesar la ciudad de Piedradura (Bedrock), un desierto (Desert Rock), un barco (Dark Ship), el fondo del mar (Sea Bottom) y el castillo del Rey Rock al que hace referencia el título del juego. Sin olvidar mencionar las dos escenas que deberemos atravesar con el tronco-móvil.


Sin duda, un detalle que me llamó demasiando la atención y le dio muchísimos puntos al juego (y que faltó en los juegos de NES) es que podremos montarnos en Dino, al mejor estilo Yoshi en Super Mario World. Este detalle, junto al de las escenas del tronco-móvil, son de los que les da más puntos a favor al juego y lo hacen muy re-jugable, ya que hay lugares a los que solamente podremos acceder con ayuda del dinosaurio.


Sin duda este título de los Picapiedra es muy interesante, y es muy recomendable que lo tengan en cuenta si ya no tienen qué juego jugar en la portátil. Por suerte le hace honor a sus hermanos mayores del NES, y es realmente un juego original al que le pongo una nota de 8.

Pruébenlo ustedes mismo.


La próxima semana, un juego que hace mucho tiempo quería comentar, y uno de mis más grandes hallazgos del Super NES. Un juego de terror que debe estar sí o sí en la lista de juegos acabados.

domingo, 14 de junio de 2009

Tiny Toon Adventures

Nueva semana, nuevo juego. Esta vez voy a hablar de un título que conozco casi desde que tengo memoria, y muy probablemente varios de los lectores también lo recuerden de igual manera. Siempre digo que la época del NES tuvo muchísimos títulos basados en series de TV o películas cuyos juegos tuvieron bastante éxito, o al menos eran divertidos y 100% jugables. Nunca me cansaré de afirmar eso, aunque muchos otros analizadores de juegos colegas lo nieguen.

Muy bien, esta semana voy a hablar de uno de estos títulos, uno de los favoritos, uno de los verdaderamente clásicos: Tiny Toon Adventures.


Este es un juego publicado en 1991 por la gran Konami, empresa que, como ya sabemos, ha hecho muchísimos títulos de calidad incuestionable (el gran Contra, TMNT, etc. etc.…). Esta vez, es un juego de plataformas y aventuras donde deberemos pasar distintos niveles y enfrentarnos a diversos jefes.

Es el primero de tres juegos basado en los Tiny Toon para NES, y el único del género plataformas al 100% (el segundo es un parque de diversiones y el tercero es un “editor” de cine).


La historia de este juego comienza cuando Buster Bunny está felizmente descansando en su casa, viendo TV, cuando Montana Max aparece en la pantalla dándole el mensaje de que ha capturado a Babs (la noviecita conejita rosada)… Así de simple.

Así es como Buster decide salir a su rescate, con ayuda de todos sus amiguitos.


Este juego es espectacular, y trae consigo horas y horas de diversión.

Todo esto debido a la cantidad de detalles que tiene, y los tantos secretos interesantes por descubrir.

Comenzando por lo gráfico, el juego está perfectamente diseñado, con gráficas muy al estilo de las caricaturas, coloridas, y con personajes de buen tamaño, también dibujados excelentemente. Las escenas son de lo más variadas, cada una de ellas con sus propios adornitos: está la ciudad, un basurero, el desierto, una bajo el agua, etc. etc. etc. Así que hay escenas para rato (son un total de 15 escenas aproximadamente, divididas en seis “mundos”).

La música es muy buena, aunque repetitiva. Salvo algunas escenas especiales, la música es siempre la de la serie, aquella que decía “somos graciosos, estamos algo locos…” (8)… qué recuerdos… Pero además de ese pequeño detalle, la música y los efectos de sonido son ideales para el tipo de juego con el que nos encontramos.

La jugabilidad es muy buena también. No hay cosa más placentera a la hora de jugar que sentirnos comodísimos con el control, y por suerte Tiny Toon Adventures cumple con este factor.

Podremos manejar a cuatro personajes: Buster, que es con el que empezamos, cuyas habilidades son equilibradas y no tiene ninguna aptitud especial, y otros tres amiguitos a quienes podremos elegir como acompañante (no recuerdo los nombres, sepan disculpar): el pato, la versión “kids” del Pato Lucas, que podrá planear en el aire con sus alitas y será el mejor nadador de todos (ideal, entonces, para la escena del agua), el gatito infeliz y maltratado, que puede trepar por las paredes con ayuda de sus uñas, y el pequeño demonio de Tazmania, que es el único que tiene poder de ataque, nada más ni nada menos que el famoso remolino (que tiene que recargarse para volverse a usar), y en cambio, no podrá correr.

Así que deberán conocer bien el juego y las escenas para poder hacer la elección más conveniente a la hora de escoger al compañero con quien querrán pasar las escenas. Esta característica le da rejugabilidad al título, ya que pueden proponerse terminarlo usando únicamente a un personaje.

Por otro lado, la dificultad es amena. Admito que algunas escenas son facilísimas, y otras me han costado bastante pasarlas (la última fue casi un infierno). Pero lo que tiene Tiny Toon Adventures es que la memoria es crucial para salir victorioso. Es decir, recordar qué es lo que hay en cada escena y qué viene cuándo es la clave para poder vencerlo.

Otros detalles interesantes son los bonus, como el de Porky Jr. (o como se llame su hijito) que nos dará una vida cada 30 zanahorias que agarremos, o como el mini-juego oculto que es una clara y cómica parodia a Star Wars (que si mal no lo recuerdo, deben terminar las escenas con 33, 66, o 99 zanahorias, es decir, múltiplos de 11).

Los mundos son unos cuantos (jajajaj hoy estoy bastante distraído con los datos), y están divididos por tres escenas: las dos primeras son normales, luego accederemos a un nivel especial en el que deberán huir de Elvira (que si los agarra deberán comenzar el nivel nuevamente) y por último, el “castillo” (no siempre es un castillo) en el que al final encontrarán al jefe del mundo.


Como ven, es un juego de lo más variado y con muchísimos detalles. Vale la pena realmente jugarlo si no lo conocen, y rejugarlo si ya no lo disfrutan desde hace años. La nota que le pongo es un 8.8. Realmente es una joya del NES, y personalmente, me parece uno de sus mejores títulos de plataformas.


La semana que viene, un juego de GameBoy basado en unos personajes famosísimos que viven en una tecnológicamente avanzada edad de piedra.

domingo, 7 de junio de 2009

Battletoads in Battlemaniacs

Esta semana voy a hablar de una de mis sagas favoritas. Este es el tercer juego que comento donde aparecen estas bichas, pero no el mejor. Hablo de Battletoads, una saga que comenzó con toda la fuerza y que, a pesar de ser acusadas de plagio a las Tortugas Ninja, de un modo u otro se ganaron un lugar irremplazable en el mundo de los juegos clásicos y retro. Pero esta semana hablaré de uno de sus últimos títulos, que pertenece para el Super NES, un título que nos demostró a los videojugadores que los programadores de las aventuras de las ranas habían: 1- tenido suerte con los juegos anteriores, o 2- estaban perdiendo la chispa, ya que Battletoads in Battlemaniacs (el juego de esta semana) ya estaba comenzando a perder el encanto de caracterizaba a las ranas.



Este juego es catalogado como Beat’em Up/Plataforma/Acción, y salió al mercado en 1993, y fue desarrollado por Rare y sacado al mercado por Tradewest, como casi todos los títulos de las Battletoads de la época.

La historia comienza cuando las Toads van a visitar la fortaleza de Gyachung en la zona norte del Tíbet, donde la Psicone Corporation está desarrollando un curioso sistema de realidad virtual. De repente, un cerdo lacayo que trabaja para Dark Queen secuestra a la hija del presidente de dicha corporación, y a Zitz. Allí es cuando Rash y Pimple deciden entrar al juego y rescatar a los secuestrados y frenar, una vez más, los planes de Dark Queen para conquistar el mundo.

Gráficamente es un juego increíble, impactante, emocionante. Realmente los programadores le pusieron todas las ganas a este título para hacerlo brutal. Las fotos lo dicen todo: personajes de gran tamaño, excelentemente diseñados, con todas sus características y sus curiosos movimientos; los enemigos son de lo más variados, y los escenarios son de lo más originales y adornados, con distintos efectos, como el suelo que refleja nuestra imagen y otros tantos espectaculares… Gráficamente es excelente, pero… ¿y lo demás?

La jugabilidad se nos fue… Se perdió esa magia… Me imagino a los pobres chicos de esa época, viendo revistas con fotos de este Battletoads, maravillándose con su calidad gráfica (como me pasó a mí antes de jugarlo por primera vez) y yendo corriendo a comprarlo, ya que habían disfrutado de los primeros títulos de la saga o aquel juego que compartían con los Double Dragon… Para ponerlo y notar que… La movilidad es mala, el control incómodo, y la jugabilidad no se siente como si realmente estuviéramos jugando Battletoads. Realmente este aspecto le saca muchísimos puntos al juego, pero a decir verdad, no lo hace injugable. Se puede jugar de forma cooperativa, y los personajes tienen las mismas características que en los juegos de antes (exagerados golpes finales, etc.). Por otro lado, si antes nos parecía genial el tamaño de los personajes, ahora nos parecerán innecesariamente grandes. Es una pena, pero este apartado desmorona todo lo que venía diciendo con lo gráfico… Pero mas allá de eso, en lo que refiere al juego en sí, este sigue contando con las escenas que caracterizan a Battletoads, ya que las hay de avanzar, de montar vehículos extraños, hasta aquella de saltar de serpiente en serpiente… Al menos la esencia no se perdió tanto en ese sentido.

En cuanto a la música, siento decepcionarlos, pero no la recuerdo perfectamente como para omitir juicio.

Versión de Sega Master System


El título contó con una adaptación al Sega Master System (8 bits) en el 1994, desarrollado por Syrox Development y distribuido por Virgin Interactive, un juego que nunca tuve el gusto de probar pero que parece ser una buena adaptación, conocido directamente como “Battlemaniacs”.

A modo de conclusión, Battletoads in Battlemaniacs padece del síndrome “Donkey Kong Country”, es decir, es un juego que realmente llama la atención por lo atractivo que es visualmente, pero que al final resulta ser un título más… No es gran cosa. La jugabilidad no iguala a lo que es visualmente. En este sentido, es muy inferior a DKC (aclaro que DKC me encanta, y es uno de mis favoritos de Super NES, pero eso no quita que sea verdad el tema de las gráficas)… y eso que venía bien. Menos mal que no siguieron saliendo juegos de las Toads, ya que, si seguían así, creo que iban por mal camino. Bueno, me pongo optimista. El juego no es tan malo, pero pudo haber quedado mejor. Nota: 6.5.

La próxima semana, un juego basado en personajes de Warner, que de seguro todos conocerán y que recordarán con mucha nostalgia.

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