Cuando adquirí mi primer GameBoy Pocket
(uno verde, con la pantalla algo rayada y los botones un poco jodidos) fue casi
por obligación luego de poder hacerme con un gran juego, en buen estado, en
español y completo, el Pokémon Azul, por varias razones: la primera y
principal, porque fue uno de los pocos juegos que encontré en buen estado, con
caja y manual, y en segundo lugar, por lo que el juego significa para mi
experiencia como videojugador con el correr de los años. Fue en el 2000, 2001, más
de diez años ya, que descubrí estos juegos, y realmente me brindaron horas y
horas de diversión que difícilmente otro juego me hará poder volver a repetir,
ya sea por la edad, o lo que sea. Pokémon es una saga que me atrae bastante, y
la clásica, más que ninguna otra. Antes tendía a preferir mucho más los juegos de antes,
pero con las últimas ediciones de Pokémon que han ido saliendo (HeartGold,
Negro, etc.) ha ido reviviendo mi gusto por la saga en general.
Pero estoy orgulloso de presentar, como uno
de los primeros juegos que formó parte de mi colección de GameBoy, el Pokémon
edición Azul.
Este será un análisis reciclado de aquelque hicimos una vez con PokéXtraS hace un tiempo, en el que también analizamos
la parte tangible del juego. Para leerlo, clickeen AQUÍ.
Nos estamos metiendo por primera vez en el
mundo de los Pokémon. Supongo que a los jugadores de la época que no entendían
nada, se les abría un abanico entero, un juego lleno de distintas cosas para
descubrir. Muchos accedimos a los juegos gracias a la popularidad que había
ganado la serie de TV, agradecemos al anime por eso, pero a la misma vez, lo
aborrecemos por habernos pintado un mundo Pokémon MUY infantil, más infantil de
lo que realmente pretendió ser. Un juego lleno de códigos y estadísticas, y un
uso de estrategia que ningún niño sabría aprovechar al máximo. Entendemos que
Japón posee una cultura bastante diferente a la nuestra, y chicos de 20 años o
mujeres andan por la calle con una mochila de Pikachu. Eso no sucede en esta
parte del mundo, pintándonos ya como niños si llegamos a hacer ese tipo de
prácticas. No se tendría que hacer prejuicio respecto a cosas que pertenecen a
otras culturas, pero Pokémon ya se insertó en la nuestra. Pero la saga, los
primeros siete juegos de la misma (hablando hasta Rubí y Zafiro) marcó gran
parte del final de nuestra infancia y comienzos de la adolescencia. Por eso, lo
queramos o no, esta es una saga que junto a muchas otras nos parece interesante
e importante en la industria que tanto nos interesa y nos gusta.
Estos juegos salieron al mercado americano
el 29 de setiembre de 1998, esperando un año mas tarde, el primero de noviembre
en salir en Europa. No hablaremos de las versiones japonesas del juego porque
ya sabemos que el juego cambió considerablemente entre un mercado y otro, como
podrán leer en el analisis del Pokémon Verde en PokéXtraS.
Es un RPG para uno o dos jugadores
(conectados por medio del Cable Link) publicado por Nintendo y desarrollado por
Game Freak, así es, los que mencioné en el anterior review sobre Pulseman.
Estas versiones se desarrollan en una
región llamada Kanto, que años más tarde se transformaría en una región de
culto para los seguidores de la serie. Su arsenal de monstruos presenta una
novedosa cantidad de 150, mas uno oculto que fue secreto de Nintendo hasta la
salida del evento en el que lo regalaban, aunque antes ya estaba rondando a
modo de rumor (esos tiempos no eran como ahora, que gracias a los que saben
meterse en los códigos del juego sabemos todos los Pokémon de una generación
antes de que sean presentados oficialmente). Estos 151 monstruos pertenecen a
lo que más tarde sería conocida como “la primera generación”, y estamos de
acuerdo que junto con la segunda, es la mejor de todas (quizás el factor
nostalgia nos esté truqueando acá).
La historia de estos juegos, en nuestra
opinión, es algo así como casual. Los hechos se van dando, no se nos explica
nada. De repente nos topamos con unos sujetos vestidos de negro, nos damos
cuenta que es el Team Rocket, y tendremos que luchar contra ellos en más de una
ocasión, sin motivo aparente… bueno, en realidad los motivos son encontrar
ciertos objetos que nos permiten continuar la aventura, pero en este juego no
está tan explicado todo, y no tiene una línea argumental tan trabajada como la
que se podría encontrar en las ediciones Blanca o Negra, por ejemplo.
La historia es muy simple, somos un niño de
10, 11 años que deja su hogar para transformarse en el más potente entrenador
de Pokémon del universo. Pero no es el único que anhela el puesto, ya que el
vecino del protagonista también andará tras el. Rojo y Azul, como se llaman
estos personajes, al igual que la región, se transformarían con el tiempo en
personajes jamás olvidados de la saga (no como la pobre Crystal).
La principal diferencia entre hermanos
mellizos, la versión roja y azul, se centra en los monstruos que se podrán
atrapar en una, que estarán ausentes en la otra. Estos monstruos no son muchos,
cada versión permite atrapar 139 de los 150 (151 en realidad) disponibles en el
juego. En esa época no era como en los juegos actuales, que cada versión tiene
varias diferencias notorias como ciertos eventos o los cambios en ciertos
lugares, por lo que tener la versión Azul o la Roja era prácticamente lo mismo, y como
jugadores, nos conformamos con solo una. Ni siquiera su “mejora” en Pokémon
Amarillo hace que valga la pena la recompra del juego, ya que las novedades y
diferencias que agrega son relativamente pocas (aunque sí curiosas).
Gráficamente, el juego es encantador. Si,
los gráficos no son buenos, y mucho menos los de los sprites de los Pokémon, y
es verdad que incluso cuando la saga saltó al GameBoy Color el cambio gráfico
fue abismal. Pero está bien, son gráficos de GameBoy, clásicos, si fueran
mejores perderían su encanto.
Y lo mismo podría decir de la música,
melodías chillonas, algo aniñadas que también fueron mejorando a medida que
avanzaba la saga, pero también, son melodías que quedaron pegadas para siempre
en la cabeza de aquellas personas que supieron disfrutar estos juegos en esa época.
Estas características del juego no son lo
mejor, pero eso es justamente lo que las hace especiales.
Con las versiones posteriores, podremos
decir que nos encontramos ante unos juegos tan primitivos que el hecho de haber
jugado a los nuevos hace descartar toda posibilidad de gamer novato de probar
estas versiones clásicas, ya sea por la falta de comodidad en cosas como la
mochila, o la PC
de Bill.
Pero Rojo y Azul tienen un encanto clásico,
un sabor a retro que también es disfrutable con las versiones de GameBoy Color,
pero que con el correr del tiempo se fue perdiendo y ya no volverá a ser lo que
fue.
Como conclusión, no daría hacer un resumen
de lo que ya dije, pero simplemente comentaría que Pokémon Rojo/Azul son dos
versiones que derrochan recuerdos, momentos de infancia, encanto y calidad en 8
bits de lo lindo. ESE es justamente el motivo por lo que estos juegos son tan
buenos. Son un par de clásicos que dieron inicio a una saga que sigue
increíblemente viva como siempre, y de una calidad incuestionable.
Ahora, para leer el análisis de la parte
tangible, pásense por BIRCland.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿y qué opinas sobre el título de esta semana? Críticas, recomendaciones, aclaraciones, dudas, tu opinión, etc.... Comenta lo que quieras sobre el juego